SECCION NOTAS Y OPINIONES

viernes, 11 de julio de 2008

Lic. Emilse de la Salette Yrizarre


Coyuntura italiana, identidades débiles

“Conociendo y comprendiendo el pasado, a través del presente, podemos intuir lo que el futuro ‘debe ser’ como proyecto; no lo que será”
RUBINSTEIN, J.C.

Los comicios electorales en Italia han estado marcados claramente por la inestabilidad política y económica del país pero, sobre todo, por la percepción negativa que tiene la ciudadanía italiana con respecto a su corrupta y cara clase política. La participación en las elecciones ha descendido en casi cuatro puntos respecto al 2006, colocándose en un 80,4% y alcanzando la tasa de participación más baja de los últimos 20 años. La desaparición de la izquierda italiana de las dos cámaras legislativas en la jornada electoral del 14 de abril pasado, dejo fuera del parlamento a los comunistas italianos desde su entrada en 1945. L’Unione, una coalición de alianzas de centroizquierda perdió la posibilidad de vencer a la centroderecha encolumnada con Silvio Berlusconi. El 80% de los votos emitidos fueron a parar al Pueblo de la Libertad (PDL) de Berlusconi y al Partido Democrático (PD) de Veltroni. Berlusconi del conservador PDL, vuelve al gobierno de Italia con un fuerte apoyo proporcionado por la Liga del Norte de Umberto Bossi -integrada en la coalición de centroderecha, consiguiendo 163 escaños en el Senado y 340 en el Congreso, frente a los 141 y 241 obtenidos por el progresista Partido Democrático. El PD, aunque derrotado, se transforma en una agrupación política de centro necesaria para poder transformar a Italia en un país más competitivo respecto a las exigencias del mercado global. El ajustado triunfo en las elecciones de 2006 de la coalición de centroizquierda liderada por Romano Prodi y el consiguiente posible fin de la hegemonía de Berlusconi, precisaba de los partidos y líderes italianos un renovado protagonismo. Debían combinar la capacidad de generar consensos y alianzas con la transparencia y la eficacia que evitaran la inestabilidad permanente que tuvieron los gobiernos parlamentarios de tiempos pasados desembocando, en el ascenso al poder de Berlusconi. La debacle de la izquierda institucional en el Parlamento es señal de una modificación en el cuadro cultural general de Italia. La izquierda en Italia y en Europa sufre una decadencia que, hace imprescindible, un análisis profundo sobre su situación actual y sobre su futuro, se abre una etapa difícil y compleja, pero aún queda un mundo por cambiar y la izquierda deberá decidir qué papel desempeñar en la tarea.

La crisis de los partidos y la expansión de los políticos de negocios

El sistema de partidos tal y como lo conocemos está en crisis, de ahí las elevadas tasas de abstención que votación tras votación se registra en la mayoría de los países occidentales. No por eso la gente ha perdido interés en la "cosa pública" sino que intenta vehicularlo de otra manera.
KAPLAN, M.

Desde hace 15 años, en Italia y en el extranjero, sociólogos, psicólogos y politólogos han intentado explicar el éxito político de Silvio Berlusconi, dedicándose a buscar razones por las que un industrial multimillonario, que en sus dos gobiernos no ha mejorado el día a día de los ciudadanos, sigue cosechando victorias electorales. Ahora bien, Berlusconi es propietario de las únicas tres televisiones privadas nacionales de Italia, situación considerada ilegal por los tribunales italianos, incluido el Constitucional, y también por el Tribunal Europeo de Justicia, nunca nadie le ha obligado a cumplir las sentencias. Los "políticos de profesión", quienes "viven de la política" persiguiendo ventajas instrumentales, sumados a la crisis de partidos, da lugar a que se suavicen las fronteras de la conducta ilegal. En esta situación, la clase política motivada principalmente por cuestiones ideológicas es sustituida por individuos que consideran a la política como un negocio. Los políticos de negocios ocupan los partidos políticos, ganándoles la partida a sus colegas "honrados" y transformando la manera de hacer política. El derrumbe de la mediación partidaria, se observa en una clara disminución del número de militantes y en la existencia de nuevas organizaciones formales o informales que no replican a los partidos, y que con nuevas formas de participación por acción directa: manifestaciones, bloqueos y ocupaciones, presentan un modo alternativo de hacer política alejado de la ideología en sentido estricto y centrado en unos pocos objetivos comunes. Hay una brecha cultural -con su equivalente digital- que sitúa en una orilla a los políticos tradicionales profesionales y a sus votantes habituados a aquel modelo y en la otra a los ciudadanos activos e ideológicamente heterodoxos.

Política de inmigración del Parlamento Europeo

La Unión Europea ha alcanzado un acuerdo sobre normas mínimas de retorno de inmigrantes irregulares. Se sientan las bases para una política común europea en materia de inmigración que debe ser ratificada por los jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre del próximo octubre en Bruselas. El documento señala que "los extranjeros en situación irregular deben dejar el territorio de la UE" ya que “la UE no tiene medios para acoger dignamente a todos los inmigrantes que buscan una vida mejor. El éxito de Europa, hasta ahora, ha sido la consecuencia de una idea de conciliar a viejos pueblos y naciones que se destruyeron en guerras sucesivas en todas las generaciones. La UE refiere a los flujos migratorios como un problema social, pero al mismo tiempo como una solución a sus tendencias demográficas. En la actualidad, entre los países con tasa de natalidad más baja y con crecimiento demográfico negativo están España y el dramático caso de Italia, la cual ronda, los sesenta millones de habitantes, pero en el año 2050, tendrá solo cuarenta y dos. Una política en materia de inmigración debe basarse en el reconocimiento de esta realidad y en el tratamiento global de la inmigración sobre la base de una evaluación común del desarrollo en Europa y de cada Estado miembro, así como de las relaciones históricas y culturales entre países de origen y destino de las migraciones. Los países europeos tradicionalmente generaron corrientes migratorias y en la actualidad, no están reconociendo el principio de reciprocidad histórica.
Protestas por la política sobre inmigración de la UE

La reforma inmigratoria de Berlusconi: perplejidad

En la primera reunión del tercer gobierno de Berlusconi tras las elecciones, el primer ministro manifestó “vamos a ser nuevamente un Estado en el que se respeta la ley”, estamos de acuerdo con esto. Ahora bien, en todos los rincones del mundo se encuentran italianos, el italiano es emigrante por actitud vital, y el que la ley se concentre en la expulsión de los inmigrantes que no hayan conseguido obtener visados de residencia, con la confiscación de las propiedades que puedan haber adquirido y que el ser inmigrante indocumentado sea un delito con penas de hasta cuatro años de prisión, pasando previamente por campos de detención hasta un periodo de 18 meses, no es problema de ley sino de valores y sensibilidad. En Italia había una buena ley de inmigración, la del ministro Giorgio Napolitano, la ley hospedaba a los extracomunitarios con una programación, reduciendo fuertemente la ilegalidad. Luego el ministro Umberto Bozzi, de la Liga Norte, modificó la ley de Napolitano introduciendo restricciones. Se puede estar de acuerdo en establecer cuotas de entrada, en otorgar los mismos derechos y pedirles las mismas obligaciones a los inmigrantes, en pedir que respeten y se adapten a las formas de vida y a la cultura, pero que cumplir la ley en Italia signifique tratar como delincuentes a personas que han llegado empujadas por el hambre y la miseria, no es para estar de acuerdo.

Una mirada desde nuestra región, UE ¿un modelo de referencia?

Argentina y la región, está plagada de italianos y europeos que llegaron porque no tenían qué comer o de qué trabajar. Hoy estamos hablando de nuevos pobres que vienen de otra parte del mundo, ¿Europa qué hará, se olvidará de su historia y cerrará sus puertas para quienes piden ayuda? los países europeos tradicionalmente generaron corrientes migratorias y en la actualidad, no están reconociendo el principio de reciprocidad histórica. Las decisiones desacertadas de los órganos comunitarios han llenado de escepticismo los análisis de ese modelo de referencia para la política internacional, el camino iniciado marca la erosión acelerada del modelo social que puso a Europa en el centro del candelero. Las tendencias conservadoras – que parecen menguar en América del Norte- han encontrado rebrotes en las dirigencias europeas.
Por Emilse de la Salette Yrizarre
Licenciada en Ciencia Política

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